¿Has oído hablar del té amarillo? Su método de elaboración, aromas y sabores están cerca de otras variedades de té poco oxidadas como el té verde o el té blanco. Pero, ¿y en el ámbito de la salud? En este artículo, nos centraremos en las propiedades del té amarillo.
El exótico té amarillo proviene, al igual que todos los demás tés “verdaderos”, de la planta Camellia sinensis. Su singular color y sabor se relaciona íntimamente con su procesamiento.
El té amarillo es bastante raro y se produce solamente en China siendo, por ende, un té bastante caro. No es fácil de encontrar, pero quienes han tenido el placer de degustarlo aseguran que su sabor suave y poco astringente es, sencillamente, delicioso.
Como sucede con el té verde, se trata de un té poco oxidado pero, en este caso, tras la recolección de hojas y la posterior cocción rápida, se las envuelve con un paño especial húmedo. Este paso se llama men huan (sellado amarillo) y se repite varias veces, dependiendo del resultado deseado, permitiendo que se produzca una oxidación corta y controlada. Posteriormente, el té se seca por completo, frenando la oxidación. Justamente es este proceso el que le otorga su característico color y suaviza su sabor.
Ahora bien, si el té amarillo comparte parte de su procesamiento con el de otros tipos de té poco oxidados como el verde, ¿significa que cuenta con sus mismas propiedades para la salud? Te lo contamos todo a continuación.
Si bien el té amarillo no ha sido tan estudiado como la variedad verde, justamente por ser un té “raro”, sí es posible señalar algunos beneficios para la salud.
Al cosecharse las hojas de Camellia sinensis más temprano durante el año que para preparar otras variedades, se cree que el té amarillo contaría con un mayor contenido de antioxidantes. Recordemos que, además, los tés menos oxidados suelen exhibir una mayor cantidad de estas sustancias capaces de luchar contra los radicales libres para proteger al organismo de toda clase de enfermedades crónicas y degenerativas (2, 3).
Adicionalmente a su acción antioxidante, diversos estudios in vitro (4) han señalado que el té amarillo ayuda a prevenir lesiones gástricas gracias a sus propiedades antiinflamatorias.
Experimentos con su administración mostraron efectos inhibidores mayores que los de otros tés.
Como todos los tés, el té amarillo posee polifenoles, unas sustancias con efecto antioxidante que protegen las células endoteliales, además de prevenir la inflamación que se relaciona con enfermedades cardíacas como el infarto de miocardio (5, 6).
Por otra parte, su contenido en flavanoles favorece la reducción del colesterol, uno de los grandes marcadores de riesgo de enfermedades cardiovasculares (7).
Una investigación sugirió que beber té amarillo regularmente permite mejorar los síntomas del síndrome metabólico (8), una enfermedad íntimamente relacionada con la diabetes mellitus de tipo 2.
Los polifenoles presentes en esta variedad de té contribuyen a controlar el azúcar en sangre (9), a la vez que combaten la obesidad.
En este caso, también los polifenoles actuarían sobre la salud gástrica, previniendo diarreas, estreñimiento, úlceras e incluso, el síndrome del intestino irritable (10).
Si bien los estudios no son concluyentes, algunos especialistas sostienen que su contenido en polifenoles ayudaría en la pérdida de peso de manera similar a como lo hacen los componentes del té verde, famoso por sus propiedades adelgazantes.
Diversos estudios han concluido que existe una relación inversa entre el consumo habitual de polifenoles y obesidad. De hecho, una investigación señaló que el consumo de té ayuda a eliminar el exceso de líquidos, promoviendo la pérdida de peso (11).
El té amarillo te sorprenderá con su delicado sabor y llamativo color en taza, además de ayudarte a mantener la buena salud de tu organismo. ¡No dudes en incluirlo en tu dieta!
Fuentes:
Redactora creativa todoterreno y mamá por tres. Disfruto leyendo y escribiendo desde artículos hasta novelas. Me apasiona viajar y pasar tiempo soñando despierta con mis peques. Amante del mate y el té.
